Lágrimas Confusas

Lágrimas confusas van por la mente de aquel individuo, ansioso de demostrar que no tiene sentimientos, que no quiere expresarlos. No importa si está bien o está mal, sigue persistiendo con esa terca actitud de desprecio, pero no sabe o no quiere entender que es un represivo malestar. Puede decir mil veces que no acepta nada, pero sus actitudes lo derrotan; cae en el sentimentalismo clásico, nada despreciable desde un punto emocional. Intenta, no puede, sigue intentando y la verdad le cae con la velocidad de un látigo. Pregunta él: ¿Qué quiere la vida conmigo?, y es como si ante un desesperado llanto de auxilio, dado por esas lágrimas confusas que van por su mente; la vida le contesta: la razón es la verdad, es tu primera verdad; la que contiene varios estados de ánimo (los sentimientos son uno de ellos) y porque no decirlo, es lo principal. Aceptar que está enamorado no es tan complicado para él, lo difícil es pensar que perderá su libertad. Angustiado por este mito, vive cegado por falsa realidad que lo embarga desde hace algún tiempo. Busca ayuda por doquier, especialistas en el tema de: “no sé que me pasa, pero ayúdeme”; la solución no está en ellos, está en él. ¿Porqué alejarse de la felicidad? ¿Porqué negar lo invariable? Ha intentado mil veces olvidar esa etapa y no logra concentrarse aunque le arroje los mismos resultados. Capacidades hay, no está mal tu vida; lo que está mal es no dejar seguir esa corriente atada a tus venas, a tu corazón y a tu cuerpo.

Betóbenz

UNA VIDA PARA HASTA OLVIDARSE EN UNA TUMBA

¿Por qué? Porque estoy viviendo en un lugar donde no me encuentro, no me acepto, no me ubico; un lugar en el que busco desesperado algún significado, alguna respuesta. Estoy pendiente de alguna señal, pero estoy aterrado, loco, angustiado; no siento nada a mí alrededor, no hay energías, solo un gran silencio que tiende a destruirme, y cada día más. Sé que no soy el único, pero me siento solo, solo en un mundo, en mi mundo lleno de tinieblas asfixiantes y de oscuras intrigantes, lo único que ubicaba era una noche espeluznante donde yo era el punto clave, el punto de quiebre entre el sí y el no; el blanco y el negro; la luz y la oscuridad; la vida y la muerte, esa muerte que jugaba conmigo, que me sepultaba cada vez que lo enfrentaba con carcajadas petulantes, arrogantes al creerse superior por saber lo que pensaba, lo que sentía, lo que me dañaba, me hacia caer en un profundo poso de olvidos, ahora ya no recuerdo nada o casi nada, solo sé que no me dejaba avanzar, que por voluntad impropia retrocedía. Pero bueno, después de todo, tonto fui por no al no creer en lo que podía, un triste tonto, mediocre y conformista que se destruía porque no se quería y sentía que sin vida se quedaría, aunque era muy pronto para saber lo que se vendría. Todo cambio, cuando a la sombra de mi vida llegó tu esplendor, en esos instantes mi alicaída vida empezó a levantarse, aunque mis decisiones, mi cultura y mis pensamientos no cambiarían, todo está muy claro ahora. Mantengo aún mi forma de vida, la visión de mi mundo, mundo en el cual comenzarías a integrar. Deseaba por primera vez que alguien se quede a mi lado, era distinto, ¿A caso un sueño?, era increíble, increíble sentirse enamorado. Siempre oculté mis sentimientos hasta que descubrí los tuyos, solté los míos y, bueno, aún los compartimos. Ahora salimos a la calle, vamos caminando y gritamos a los cuatro vientos que nos amamos, la alegría es inmensa y tu siempre radiante. Pero nunca la felicidad es eterna, habrán personas que no te quieren ver contento y eso siempre lo tengo que tener claro, bien claro, presente, meterme en la cabeza lo yo puedo hacer, lo que soy capaz de lograr a pesar de las adversidades. Que nunca me daré por vencido, jamás. Oh, pero jamás haré lo que he dicho, tengo que aceptarlo no puedo con todo, por suerte te tengo a ti y por primera; vez y también por última le hice caso a otra persona, eras tú,no lo dudé y quedamos por siempre juntos, dos ataúdes cerca en el baúl de los recuerdos, olvidados por la vida, pero recordados por silencio.

La Célula que Explota

"Hay veces que quisiera ahogarte en un grito". Esas ocasiones en las que estamos seguros que ya todo ha terminado, pero no tenemos la voluntad, o mejor dicho: valentía de hacer lo que en verdad es mejor para nosotros. Porque somos más que dependientes de él o ella, somos personas que si se une con otra es por encontrar objetivos, es como una carrera obligada, nunca nos vamos a sentir a gusto.

Y qué se puede esperar más que el fracaso, como si le diéramos la contra a nuestra madre, ellas siempre van a tener la razón.

Por qué no decirle adiós a una situación que ya no tiene revés. Por qué no decirle adiós a eso que te hace mal y lo ves.
Porque al final, la célula que explota lo hace solo una vez.

Betóbenz